Buena parte de la producción más valiosa de Buzzati está en sus relatos breves: incluso en aquellos con aires de cuento infantil, como es este caso, aborda cuestiones de calado con penetración y sabiduría. La historia comienza evocando tiempos antiguos en los que los osos poblaban las montañas de Sicilia, cuando en Sicilia había montañas. En «el invierno más terrible de todos los inviernos», empujados también por el deseo del rey Leoncio de recobrar a su hijo Tonio, robado por unos cazadores cuando era muy pequeño, los osos atacan al tirano Gran Duque y se hacen con el poder. En la segunda parte se cuenta que los osos en la ciudad se aburguesan, y entonces ocurren cosas que no le gustan al rey Leoncio.
Sin duda, el lector-niño conectará con las aventuras del pueblo de osos, contadas con ritmo ágil y acompañadas de unas excelentes ilustraciones del mismo Buzzati. Pero el autor recurre a la fantasía y a un marcado humor irónico para plantear otros temas: «De una parte vanagloria, y de la otra, ¡victoria!», se canta después de que los osos triunfen; el astrólogo De Ambrósiis toma una decisión meritoria en la que se mezclan su arrepentimiento y su ambición de ser aclamado como héroe; cuando llevan tiempo viviendo con los hombres, los osos se vuelven impacientes y caprichosos… y corruptos.