Se publica en una nueva editorial y con otra traducción la novela más popular de la japonesa Yoko Ogawa (1962), autora también, entre otras, de La niña que iba en hipopótamo a la escuela y Bailando con elefante y gato. La fórmula preferida del profesor fue premiada por diferentes sociedades matemáticas, pues el entusiasmo por los números forma parte de su argumento. Sin embargo, lo decisivo es la historia en sí misma y lo bien contada que está: a partir de uno de sus trabajos como asistenta, la narradora y su hijo de diez años empezaron una relación muy especial con un anciano profesor de matemáticas que, a consecuencia de un accidente, tenía una autonomía de memoria de ochenta minutos.
Las vidas cotidianas de los personajes se despliegan con calma y emoción contenida. No conocemos los nombres de los protagonistas excepto el apelativo que el profesor de matemáticas pone al niño: Root, raíz cuadrada. Las manías y cualidades del profesor –sus preguntas repetitivas, su facilidad para encontrar vínculos entre números que comparten los mismos secretos, su afición a los números primos, su admiración por el cero, etc.–, dan pie a que se vayan introduciendo conceptos matemáticos en la narración, algo que se hace con oportunidad, claridad y buen humor.
Además, hay otros elementos que interesan: el pasado familiar de la narradora, las razones del estado actual del anciano, el entusiasmo de todos por el béisbol… Pero, sobre todo, el mayor gancho está en el talante del profesor: su preocupación continua por el niño que pasa por encima de sus limitaciones de memoria; su capacidad de transmitir sus conocimientos con entusiasmo y su alegría con los progresos de sus ocasionales alumnos; la visión de sus propias investigaciones como un “mirar a hurtadillas el cuaderno de Dios y copiar”.
(Versión actualizada de la reseña publicada el 29-10-2008 sobre la edición de Editorial Funambulista)