Julie Klassen (1964) es una escritora norteamericana cautivada con el mundo de Jane Austen y Jane Eyre. Después de trabajar varios años en el sector editorial, actualmente se dedica a escribir y ha ganado en tres ocasiones el premio Christy de Romance Histórico.
La hija del tutor –su última entrega– es una novela romántica y de intriga que se desarrolla durante la época de la regencia inglesa y reúne muchos elementos de lo que se ha llamado el estilo Austen: amor, un fino diseño de los sentimientos humanos, una heroína fuerte y un envoltorio formal elegante.
La historia arranca en 1812 en Devonshire, donde vive Emma Smallwood con su padre, a quien al cerrar el internado que regentaba por falta de alumnos le proponen trasladarse a Cornualles para ser el tutor de los dos hijos menores de la familia Weston. Padre e hija llegan a la mansión Ebbington Manor, donde son mal recibidos sin que sepan bien el motivo. Junto al barón, su esposa y los pequeños gemelos, están también una ahijada y los dos hijos mayores de los Weston, a quienes los Smallwood conocen por ser antiguos alumnos del internado: el sarcástico Henry, de quien Emma no guarda buenos recuerdos por sus bromas pesadas, y el amable Philip.
La hija del tutor, además de ayudar a su padre, emplea el tiempo en leer, escribir en su diario y organizar sus pertenencias, pero desde el primer día comienzan a suceder cosas extrañas. Por las noches, oye la música de un piano sin saber quién lo toca, escucha gritos aterradores, su diario aparece rasgado… Inicialmente opta por ignorar los hechos, aunque comienza a investigar discretamente, pues sospecha que en esa casa llena de escondrijos se oculta más de un secreto. Cuando recibe amenazas, ya sabe que hay alguien que pretende hacerle daño, y la trama da un giro para centrarse en la intriga.
Emma, temerosa de ser traicionada, duda a quién debe confiar su desasosiego, pero una serie de circunstancias más o menos fortuitas determinará su elección. En esta misteriosa atmósfera, una atracción amorosa ha comenzado a arraigar en su interior y también recupera su confianza en Dios gracias a una sugerente conversación.
El relato está aderezado con anécdotas históricas de las escarpadas costas de Cornualles, famosas por sus naufragios y sus supersticiones; incluye pasajes en flash-back que permiten conocer el pasado de la protagonista y trenza varias capas narrativas que poco a poco se despliegan en un romance con cierto tinte trágico.
Klassen rescata el drama romántico decimonónico y ofrece una novela entretenida y amena que mantiene al lector en vilo a través de una galería de personajes, muy bien diseñada, en los que la honradez triunfa sobre la maldad. Una mezcla de Jane Austen, Jane Eyre e incluso de la serie Downton Abbey, y con un guiño a la literatura, ya que la protagonista es gran amante de los libros.