La novela policiaca italiana continúa dando buenas sorpresas. Tras el éxito de Arena negra, aparece ahora en español la segunda entrega de la serie protagonizada por la subcomisaria Vanina Garrasi, de la que en Italia ya se han publicado cinco más e incluso se ha hecho una serie televisiva. Como las novelas del comisario Montalbano, de Andrea Camilleri, las de Garrasi también transcurren en Sicilia; concretamente, en Catania.
Cassar, que trabaja de oftalmóloga en la ciudad siciliana, incluye en sus obras ingredientes parecidos a los de Camilleri, como los comentarios acerca de la gastronomía de la zona (sin abusar), el complejo carácter de la protagonista, el ambiente de la comisaría y las a veces tensas relaciones del personaje principal con sus superiores. Hay también notas muy personales, como la fuerte personalidad de la protagonista –que ha sufrido en propia carne la violencia causada en la región por la mafia–, las descripciones de la ciudad o la ayuda que presta Garrasi Biagio Patané, un inspector de policía ya retirado.
La lógica de la luz se inicia con la desaparición de una joven abogada, al parecer asesinada. Como no se encuentra el cadáver, comienza una minuciosa y alambicada investigación que lleva a la policía por derroteros insospechados. A la hora de tomar decisiones, destaca la intuición de la subcomisaria, quien, apoyándose en detalles en ocasiones insignificantes, descubre ramificaciones que sus compañeros no sospechaban. Está muy bien contado todo el caso, así como las relaciones que entablan quienes trabajan en la investigación. Como ocurre en este tipo de novelas, también en esta tiene su papel la problemática vida privada de la protagonista.
Al acierto en el ritmo de la novela y en la dosificación de la trama, hay que sumar otros méritos, como el realismo costumbrista y ambiental, que facilita mucho la lectura.