Emecé. Barcelona (2005). 432 págs. 22,50 €. Traducción: Agustín Vergara.
Escritor y periodista, Amitav Ghosh (Calcuta, 1956) tiene ya en su haber una serie de notables novelas, entre las que destacan «Líneas de sombra» (Aceprensa 67/94), «El cromosoma Calcuta» (Aceprensa 105/97) y «El palacio de cristal». En «La marea hambrienta» se dan cita algunas de las características de su literatura: preocupación por lo social, una trama de base científica y el buen manejo de la aventura y de la intriga, en esta ocasión en la línea de la ficción de corte realista.
Cerca de Calcuta, en la desembocadura del gran río Ganges, se encuentran desperdigadas miles de islas redibujadas por las mareas, que albergan un rico ecosistema -en el que se incluye el tigre de Bengala- no exento de misterio. Piya, una bióloga de origen hindú que se dedica al estudio de los cetáceos, y Kanai, un empresario de Nueva Delhi frívolo y triunfador, se encuentran casualmente primero en un tren y luego en una de las islas del archipiélago. Piya ha viajado a ese remoto lugar en busca del delfín de agua dulce, una rara especie que la tiene fascinada. Kanai, por su parte, ha ido a visitar a una tía suya, que quiere entregarle un cuaderno que su difunto tío escribió y que le ha dejado en herencia.
A través de la lectura del diario y de las peripecias de Piya en su estudio de los delfines, se va reconstruyendo la historia de las islas, que han servido en los últimos siglos para interesantes experimentos sociales. Deshabitadas e impenetrables, han ido siendo doblegadas por hombres y mujeres que buscaban un lugar mejor donde vivir. Allí instalan sistemas cooperativistas, borrando castas y clases sociales, enfrentándose a políticos corruptos que se amparan en la ecología para primar a los magnates económicos.
Piya entablará estrecha relación con Kanai y también con Fokir, un pescador del lugar con el que se entiende a base de gestos y dibujos, y que pronto llamará su atención por su inocencia. Kanai es distinto: arrogante y embaucador, verá en Piya una presa fácil que, ante su asombro, no responde a sus encantos de donjuán. Ancestrales leyendas darán colorido a los misterios de la naturaleza y a las costumbres del lugar, que a Piya y Fokir, que proceden de ambientes cosmopolitas, provocarán asombro y una especie de reconciliación con sus propias contradicciones y con el mundo que les ha tocado vivir.
La prosa de Ghosh, en esta ocasión clara y lineal, construye una interesante novela que, basada en el exotismo, plantea problemas actuales y los resuelve con cierta elegancia.
Pedro de Miguel