En 1988, en plena perestroika, el poeta y escritor ruso Vitali Shentalinski (1939), consiguió implicar a la Unión de Escritores para solicitar a las autoridades soviéticas que les permitiese investigar sobre el paradero de miles de escritores que fueron perseguidos, represaliados o asesinados durante las décadas de dictadura comunista. Al final lo consiguió, y fue la primera persona a la que se le permitió entrar en los archivos del KGB y rescatar valiosos documentos relacionados con aquellos literatos.
Fruto de este trabajo, escribió tres libros donde reconstruyó los procesos que arruinaron la carrera y la vida de tantos escritores: Esclavos de la libertad (1995), Denuncia contra Sócrates (2001) y Crimen sin castigo (2007). En esta nueva …
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