Planeta. Barcelona (1993). 346 págs. 2.200 ptas.
A lo largo de 1993, Antonio Gala ha publicado dos libros (La pasión turca, El águila bicéfala) que han tenido notable éxito de ventas y la benévola acogida de algunos críticos, no todos.
La pasión turca es una historia de sexo, alfombras y droga que, según se podía esperar, transcurre en Estambul, aunque la acción arranque de un lugar tan poco previsible como es Huesca. Una malcasada, joven e inquieta, viaja con su marido y otros amigos a Turquía. Allí, inesperadamente, descubre el erotismo gracias a Yamán, un guía turístico. Al regreso, abre una tienda para vender las alfombras que su amante le envía, secretamente impregnadas de droga, y por fin huye a Estambul para reunirse con él. Allí se da cuenta, poco a poco, de que el hombre de sus sueños presenta unas facetas reales poco gratas y este descubrimiento acaba por llevarla al suicidio, del que, por pocas horas, no consigue rescatarla un antiguo novio, ahora agente de la CIA.
Tan folletinesco argumento da lugar a una acción inverosímil, por la que deambulan unos personajes abrumadoramente tópicos. Las fantasías sexuales de la protagonista resultan más bien ridículas. Lo que se quería presentar como sublimación erótica y refinamiento sensual, no es sino un subproducto de literatura comercial, muy pobre en recursos artísticos, aunque, eso sí, bien surtido de pornografía.
Pilar de Cecilia