Pescar salmones en Yemen así de primeras parece una locura. Los salmones tienen un ciclo biológico muy curioso. Nacen en la parte alta de los ríos de zonas septentrionales, viven en mares fríos y después remontan el curso de los ríos para aparearse y desovar en la cuenca donde nacieron. El doctor Alfred Jones es un científico experto en piscicultura que trabaja en un centro de investigación del gobierno inglés. Es un tipo extremadamente sensato, disciplinado y racional.
Una mañana recibe una propuesta en su correo electrónico para evaluar la posibilidad de introducir el salmón en los ríos o wadis de Yemen. Aunque el doctor Jones deja claro lo absurdo de tal iniciativa, se ve obligado a poner en marcha el proyecto. La idea es de un jeque yemení, que pretende que todos sus conciudadanos disfruten de su pasión por la pesca del salmón. El director de comunicación del primer ministro inglés se ha enterado de la iniciativa y la apoya: se le ocurre que una foto del primer ministro luciendo un salmón recién capturado en pleno Yemen es el mejor remedio para desviar la atención mediática del desastre militar en Oriente Medio.
Es la primera novela de Paul Torday, que tiene 60 años (*). Aunque estudió Literatura, se ha dedicado a la ingeniería marina –su empresa fabricaba aparatos para medir el caudal de petróleo extraído de los pozos de Oriente Medio– y es un apasionado practicante de la pesca del salmón. El autor demuestra un excelente dominio narrativo –a pesar del dubitativo final–, un ritmo contagioso y una elegante capacidad para envolver a los lectores con un tema tan anodino para el público general.
Torday utiliza textos de correos electrónicos, apuntes de diarios personales, extractos de informaciones en periódicos y declaraciones en interrogatorios para desarrollar la trama. Es una manera original y ágil, que provoca expectación en el lector y que transmite credibilidad, aunque a veces se convierta en un estilo demasiado frío. Sin ánimo de profundizar, la lectura de esta novela supone un rato de relax y humor irónico apreciable.
Con motivo del enredo del protagonista Torday plantea algunas reflexiones sobre la diferente visión de la vida que tenemos los occidentales y los árabes. El doctor Jones acabará creyendo posible algo que creía racionalmente imposible según va entrando en materia, animado siempre por la atracción espiritual y los consejos del jeque, para quien todo consiste en tener fe, hasta ver salmones saltando por los áridos riachuelos de Yemen.
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(*) Torday falleció el 18-12-2013 a los 67 años. (N. de la R., 9-01-2014)