Deborah García Bello es licenciada en Química y trabaja en el Centro de Investigaciones Científicas Avanzadas de la Universidad de La Coruña, donde investiga la relación entre la ciencia y el arte. Además de colaborar con empresas como La Roche Posay y L’Oréal, es conocida por su actividad como divulgadora científica. La revista Forbes la incluyó hace unos años entre los youtubers científicos más influyentes de España.
En este libro, García Bello examina el trasfondo científico del arte contemporáneo. Como experta en Ciencia de Materiales, acerca al lector diversas obras y lo invita a que las observe desde un punto de vista diferente al habitual, es decir, a partir del material y las técnicas con que se producen. Porque el artista, al seleccionar la sustancia que emplea, también está haciendo arte, y su elección puede tener un valor simbólico. Esta manera de mirar lo artístico es mucho más profunda.
La textura, el color, la resistencia o no a la intemperie y al paso de los años, el coste económico o el derivado de la técnica precisa que requiere cada objeto, su uso reservado y su belleza, entre otras cosas, revelan aspectos muchas veces determinantes para entender lo que el artista quiere significar. En este sentido, el libro muestra el extraordinario impacto que han tenido los descubrimientos científicos en la arquitectura, el arte y la artesanía, así como lo decisivos que han sido muchos de ellos para mejorar las condiciones de trabajo de los artistas y la calidad de sus obras.
El libro comienza con el “terciopelo azul”, los recuerdos de la infancia de la autora y una escultura de Yves Klein que posee una fina textura aterciopelada de azul ultramar. Este color era muy apreciado por los pintores, pero tan escaso que llegó a ser más caro que el oro hasta que los químicos descubrieron cómo sintetizarlo en el laboratorio. El viaje continúa por veinticinco capítulos que abordan de forma amena la belleza química y científica que encierra cuanto nos rodea. Las explicaciones están salpicadas de las vivencias de la autora, así como de muchas referencias culturales.
Estamos, pues, no solo ante un relato científico sobre arte, sino también sobre las bellezas cotidianas y, ciertamente, sobre la profunda belleza de la química.