Anagrama. Barcelona (1992). 463 págs. 2.900 ptas.
La literatura inglesa de los últimos años está sufriendo un proceso similar al de la española: la invasión de la literatura de colonias, de lo que ya se ha calificado de escritores periféricos. Así ocurre con autores como Salman Rushdie, Kazuo Ishiguro, Hanif Kureishi, Naipaul o el mismo Timothy Mo. Nacido en Hong Kong en 1950, es hijo de madre inglesa y padre cantonés. Reside en Inglaterra desde 1960. Hasta el momento ha publicado cuatro novelas; la última, La redundancia del valor, le ha ganado el reconocimiento internacional.
En ella Mo narra, con nombres ficticios, la invasión de Timor occidental -colonia portuguesa- por Indonesia en 1975. El narrador de la historia es un joven chino educado en Canadá, Adolph Nga, homosexual y observador neutral y poco comprometido con los sucesos que se van produciendo. Quizá la homosexualidad del protagonista -tratada más o menos delicadamente- sirve al autor para resaltar su neutralidad casi enfermiza, próxima a la cobardía.
La novela resulta interesante porque relata un proceso que se ha repetido en muchas posesiones coloniales a lo largo de este siglo: el ansia de independencia respecto de la metrópoli, el surgimiento de un partido de inspiración marxista (en este caso, el Fakoum) con un líder carismático, que tras la invasión se convierte en una facción armada (Fakintil). A pesar de su neutralidad, Adolph Nga se ve obligado a incorporarse a la guerrilla del Fakintil, llegando a una situación en la que el valor resulta redundante.
Cuando se refiere a la Iglesia -se trata de una colonia católica-, Timothy Mo ofrece una visión negativa y muy superficial. Por lo demás, la novela es original por el estilo y por la historia que narra, aunque con un tono escéptico e irónico que la limita.
Andrés Pérez Monzón