Ediciones B. Barcelona (2006). 480 págs. 19 €.
«La reina sin nombre» es una novela de fondo histórico cuya acción se desarrolla en la Hispania visigoda durante la segunda mitad del siglo VI. La protagonista, hija de Amalarico y nieta del rey franco Clodoveo, se casa con Leovigildo y es la madre de Hermenegildo, que sería declarado santo, y de Recaredo, su hermano menor, que abandonaría la fe arriana de sus antepasados. Se restauró así en España el cristianismo ortodoxo al heredar Recaredo el trono a la muerte de su padre.
En esta su primera novela publicada, la autora ha realizado una cuidada reconstrucción de época que revela un minucioso estudio de las escasas fuentes disponibles. Aunque en todo momento la obra se mantiene en el terreno de la ficción, los personajes reales que intervienen en la trama aparecen tratados en términos respetuosos y veraces.
El relato, dinámico y variado, se inicia en tierras astures, entre los pueblos celtas que se habían resistido a la dominación romana y trataban de evitar la visigoda. Más tarde, la acción se traslada a Mérida y Toledo, capitales en las que se estableció la corte de los visigodos, donde la protagonista, cuyo nombre no ha trasmitido la historia, vivió con su marido Leovigildo, primero duque bajo los reinados de Atanagildo y Liuva, y luego él mismo rey.
Los cambios geográficos permiten al lector conocer los diversos pueblos y culturas de la Hispania de la época, y, al mismo tiempo, captar los matices del carácter de los personajes centrales, trazados con rasgos precisos y eficaces. Escrita con estilo correcto y una técnica adecuada, la novela logra mantener el interés de un argumento que se extiende varias décadas y en el que intervienen numerosos personajes secundarios. Además, la obra resulta entretenida y pone de manifiesto el avance de la fe cristiana en la península Ibérica.
Pilar de Cecilia