Trotta. Madrid (1999). 143 págs. 1.600 ptas.
Durante años, José Pérez Adán, catedrático de Sociología en la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales de la Universidad de Valencia, ha dedicado particular atención a la socioeconomía y al comunitarismo. Esta obra suya consta de varios ensayos, con una línea conductora: la defensa de un modelo de desarrollo socioeconómico alternativo al que propugna hoy la cultura occidental dominante.
En la actualidad, la ONU mide el índice de salud social a través de un modelo economicista. Pérez Adán elabora una propuesta alternativa desde la socioeconomía y el comunitarismo, una propuesta nada utópica, ya que parte de posibilidades concretas de medición cuantificable, basándose en el método empírico propio de la ciencia sociológica. El autor rompe con la idea de que la calidad de vida se mida solo por el índice de producción, ya que hay otros elementos esenciales en el logro del confort del grupo social, del sentirse bien, o de un estilo de vida socialmente saludable.
Para medir la salud social, el modelo del profesor Pérez Adán requiere atender a los siguientes indicadores: la equidad generacional (índice de solidaridad entre generaciones), la desigualdad (grados de bienestar y de seguridad o esperanza de vida), la deuda filial diacrónica, la conciencia cívica y la pluralidad social. También la salud de la institución familiar -medida a través del número de matrimonios, estabilidad conyugal, etc.- es un factor importante a la hora de medir la salud social de un colectivo humano.
El autor constata la urgencia de superar modelos ya inviables de separación entre producción y reproducción, propios de un reparto de roles ya superado. En definitiva, la salud social requiere una más adecuada armonización de la vida familiar y doméstica entre hombres y mujeres, así como un reparto equitativo de los roles y del poder. El libro del profesor Pérez Adán ofrece un amplio campo de reflexión, y también de acción, tanto por sus críticas como por sus propuestas.
María Elósegui