De John Irving se ha valorado siempre su declaración de guerra al aburrimiento, se ha pasado por alto una y otra vez su tendencia a la extravagancia porque era el precio por sorprender, se ha transigido con el pansexualismo de sus personajes porque vende y se ha calificado la patente inmoralidad de sus historias como valiente sinceridad antipuritana.
Todo esto vuelve a aparecer en este último libro que cuenta la vida de Dominic y su hijo Danny. Un homicidio involuntario les lleva a huir de un aserradero y serán perseguidos durante cincuenta años, pero ayudados siempre por su amigo Ketchum. Cambiarán varias veces de nombre y de ciudad y de trabajo. El mensaje es la fuerza de la amistad y de la sangre: si tienes eso no necesitas más.
Los tres…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.