Novela ambientada en Pointe-Noire (República del Congo), la ciudad natal del autor, actualmente profesor de literatura en Estados Unidos.
El protagonista, un chico de trece años llamado Michel, cuenta tres días de su vida. Titula la primera parte “Sábado, 19 de marzo de 1977”, el día del asesinato de Marien Ngouabi, presidente del país desde 1969; las otras dos se titulan con las fechas de los dos días siguientes. En capítulos cortos, el narrador habla de su familia –su madre vende plátanos, su padrastro trabaja en un hotel y tiene otra mujer y varios hijos–; de vecinos con los que se relaciona y de compañeros de clase; de su devoción por el presidente asesinado y de los desórdenes que provoca su muerte…
Todo se complica cuando un tío les trae la noticia de la muerte violenta, en el norte del país, de un hermano de su madre, un conocido militar, y les pide discreción para que nadie sepa del parentesco que tenían con él. Pero la madre de Michel no está de acuerdo y quiere venganza.
Uno de los objetivos de la trama, y tal vez sea esta la impresión más fuerte que deja en el lector, es transmitir cómo la opinión de la gente se intentaba moldear de acuerdo con la propaganda oficial dictada por la Rusia de la época: la frase del título procede de una canción soviética que se cantaba en las escuelas donde a los alumnos les decían que eran las cigüeñas blancas de la Revolución Socialista Congoleña.
A la vez se muestra cómo Francia tenía un gran peso en el país. El narrador habla también del antagonismo entre los congoleños y los entonces zaireños, y a partir de lo que le cuentan y escucha en la radio, explica la composición de lugar que se hace acerca de los vaivenes políticos del Zaire (ahora, República Democrática del Congo) y de otros países de su entorno.
La voz del protagonista, la propia de un narrador oral, está conseguida, por más que al ser tanta la información que aporta, resulte abigarrada y se note su artificiosidad. Es la de un chico listo e ingenuo, un poco cómico a veces, que habla con largos párrafos encadenando todo tipo de asuntos.
Despiertan curiosidad tanto los tipos humanos que vemos a través de su mirada como muchas descripciones que hace de comportamientos y modos de vida –supersticiones, rivalidades, tensiones sociales, etc.–. Por algunos episodios y por el desenlace, podemos calificar la historia de novela de maduración, entendida esta como un aprendizaje de la mentira para protegerse y sobrevivir.