Bajo la forma de una autobiografía, Nievo redacta una obra literaria extraordinaria, a la altura de las grandes novelas del siglo XIX. Carlo Altoviti es un noble veneciano que examina su vida, sus amistades, su amor por Pisana y la sociedad de su momento desde 1780 hasta 1855. Al igual que esas novelas paradigmáticas para el género, Nievo elabora una narración totalizante en la que nada escapa a la consideración de Carlo y en la que hay un ir y venir de lo concreto de la vida de Carlo en su castillo, en sus andanzas y en sus amores, a lo general de la sociedad veneciana, de Italia y de Europa.
Como todo clásico, Las confesiones de un italiano muestra las constantes de la condición humana en un modelo concreto de hombre moral, de profundas convicciones -Carlo- y en una mujer voluble, liberal e impredecible, Pisana. El apasionado carácter de Altoviti se equilibra con su ecuanimidad y equilibrado juicio ante los convulsos acontecimientos en los que se ve envuelto. La relación entre Carlo y Pisana recuerda a tantos otros modelos análogos de las mejores novelas europeas, desde Dulcinea a la Beatriz de Dante, muy citado en esta novela.
Los diálogos, jugosos y en ocasiones pícaros, se conjugan con discursos reflexivos: todo ello muestra un grandioso fresco histórico del cambio sociopolítico que se produce en Italia y en toda Europa a finales del XVIII. Como señala Magris en la presentación, se retrata el final del viejo mundo o ancien régime, identificado sobre todo con la venerable y decrépita República de Venecia, los trastornos de la época revolucionaria y napoleónica, la Restauración y los fermentos de la unidad nacional italiana.
La novela tiene múltiples registros, y una amplia galería de personajes tan bien trazados que resultan próximos al lector. Nada hay de rebuscado o pomposo y, aunque la narración es a veces exuberante y algo prolija, su manera de mostrar el intenso modo de vivir y de interpretar los cambios que llevan a la madurez de un hombre y a la formación de una nueva conciencia social y política, compensan sus digresiones.