En pocos meses, Jiménez Lozano (Langa, Ávila, 1930), Premio Cervantes en 2002, ha añadido a su ya dilatada trayectoria literaria un nuevo poemario, Elogios y celebraciones, y la novela Las gallinas del Licenciado, que presenta como su personal homenaje al IV centenario de la publicación del Quijote.
Además de entretenerse, el autor castellano ha intentado pagar una deuda con Cervantes, pues como manifestaba en una entrevista: su figura “siempre me ha rondado; primero leyendo, desde muy joven, cosas de su entorno y luego empezando por las Novelas Ejemplares y toda su obra (…). Es como una persona con la que he convivido y por eso puedo escribir esto, porque lo he hecho todo muy mío”. Y lo consigue con una narración que tiene mucho de novela cervantina, picaresca, histórica, costumbrista, de aventuras y de concatenación de relatos de la vida cotidiana en la España de los siglos XVI y XVII.
La gallina Basilisa es una de esas aves griegas o turcas envueltas en un halo de admirable distinción, por su abolengo y porque cacareaban en griego. Un espía español en la Sublime Puerta de Constantinopla la ha conseguido subrepticiamente de los gallineros del Sultán, por un encargo del Licenciado don Juan de Palacios. Éste desea regalarla en Esquivias a su sobrina y protegida, doña Catalina, para la boda que va a hacer con un soldado héroe de la batalla de Lepanto, de azarosa vida, que escribe versos y prosas y se llama Miguel de Cervantes.
Y en torno a esta chispeante historia, José Jiménez Lozano consigue hacer una prosa rica, familiar y deliciosa de la época, en un juego narrativo en el que se presentan personajes históricos, novelescos e imaginados en el entorno de la sociedad, la vida y la obra de Cervantes. Con un magnífico uso del castellano clásico, Jiménez Lozano ha escrito una narración entrañable y divertida.