Edilesa. León (2004). 270 págs. 11,54 €.
En la producción literaria de este autor leónés (1942) hay una fidelidad a unos mismos temas y ambientes. Este libro contiene un puñado de relatos cortos y textos memorialísticos situados en el valle leonés de Laciana. El relato más largo es el que da título al volumen, y revive un episodio real: el viaje que realizaron en 1885 varios miembros de la Institución Libre de Enseñanza -Azcárate, Giner y Bartolomé Cossío- para fundar las que se denominaron Escuelas de Sierra Pembley, en homenaje a su inspirador, Francisco Sierra, amigo de los anteriores. El relato es, también, una declaración de intenciones de Mateo Díez, pues en él se alaban los novedosos métodos educativos que propagó la Institución Libre de Enseñanza, idealizados por el autor.
El resto de los relatos no sorprenden por la originalidad. Mateo Díez reconstruye la sensación de la añoranza del pasado. De diferentes maneras, sus personajes recuerdan con nostalgia episodios que los trasladan a espacios y lugares de su infancia, donde la fuerza de los recuerdos y los sueños poco tienen que ver con la realidad. Todos los relatos muestran diferentes aspectos de la difícil vida en el Valle, especialmente para los niños. Predominan, como en el resto de las obras de Mateo Díez, unos personajes desorientados, condenados a la fatalidad, que intentan con los recuerdos esquivar la desolación, sin conseguirlo. Las páginas más sinceras están en la tercera parte, titulada «Recuerdos», donde reaparecen situaciones de obras anteriores, como Días del desván (ver servicio 180/97), donde los protagonistas reviven la infancia de una posguerra fría pero cargada de humanidad.
Ángel Amador
