Pre-Textos. Valencia (2001). 134 págs. 11,72 €. Traducción: Andrés Trapiello.
Poco a poco, la narrativa de la escritora italiana Natalia Ginzburg (1916-1991), una de las prosas más bellas y estilizadas de la última literatura italiana, ha empezado a tener una importante presencia editorial en España. A Las palabras de la noche, publicada en 1994 y reeditada ahora en la misma editorial, le sucedieron Nuestros ayeres (ver servicio 84/96), Léxico familiar (ver servicio 75/98) y Querido Miguel (ver servicio 128/00). En todas ellas está presente la realidad italiana que le tocó vivir, descrita de una manera íntima y detallista, en la que se insiste en la complejidad de las relaciones con los demás.
Las palabras de la noche es un buen ejemplo de este sutil y delicado modo de narrar. Dos historias se entrelazan en este libro escrito en 1961. Por un lado, las peripecias amorosas de la narradora, quien cuenta su amistad con Tommasino y sus fracasados planes matrimoniales. Por otro, y como un largo paréntesis, la vida de la familia de Tommasino, símbolo también de una familia italiana burguesa, antes y después del auge y la caída del fascismo.
Destaca la habilidad con que la autora se mete en el interior de los personajes de la novela. Con leves trazos, describe su psicología y lo más destacado de su biografía. Reconstruyendo estas vidas, muestra también, de una manera difuminada, muchas cosas del alma italiana. A la hora de describir los rasgos biográficos de algunos personajes no se ahorran desviaciones morales, sin recrearse en ellas.
La prosa es un ejemplo de finura y de suavidad. La habilidad y originalidad en el manejo de los diálogos permite conocer mejor las interioridades de unos personajes entrañables, vistos siempre con la mirada condescendiente de Natalia Ginzburg.
Adolfo Torrecilla