Allí donde gobierna un partido comunista, una policía política es vital para controlar a los que cuestionan su poder. Así ocurrió en la extinta Unión Soviética y en los países del este europeo. El investigador José M. Faraldo lo cuenta con bastantes detalles en Las redes del terror, un repaso a la historia de la actuación de la seguridad del Estado en sitios donde el ciudadano aprendió a mirar en derredor antes de abrir la boca para hacer un chiste sobre el gobierno o esbozar siquiera una ligera crítica.
Faraldo nos coloca de espectadores en el turbulento proceso de creación de los órganos represivos soviéticos, encargados no solo de someter a la disidencia política real, sino a los fantasmas, a los posibles, a los supuestos. El método: la …
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