Leer en Primaria: tú puedes

Ediciones Internacionales Universitarias. Madrid (2007). 192 págs. 10,50 €.

GÉNERO

Cuando el niño comienza a leer, tiene que hacer un gran esfuerzo para poder descifrar el sentido de unas palabras formadas por unos signos que apenas domina. Si un niño pequeño dice que le gusta leer, lo que pretende transmitir es que quiere aprender, que le gustaría poder conocer el contenido de los cuentos que escucha cada noche no sólo cuando se los lee un adulto. Por eso su alegría cuando logra descifrar la primera palabra, cuando es capaz de leer una frase con sentido… pero también su cansancio cuando lleva meses leyendo todos los días unos minutos y apenas logra una lectura vacilante de la que sólo entiende una pequeña parte.

Ese mismo niño, a los nueve años, aproximadamente, entra en la edad de oro del lector. Ya domina la técnica lo suficiente, tiene un vocabulario que le permite asimilar historias de cierta complejidad y, sobre todo, tiene una imaginación que le lleva poner rostros y figuras a palabras. Ese niño que lee a escondidas tratando de terminar un capítulo antes de que llegue el definitivo apagón de la luz. Esa edad de oro dura hasta los doce años. A partir de ese momento, la lectura tendrá que luchar por su franja horaria con el messenger, los videojuegos, las salidas con la pandilla o el móvil. Sólo una parte de los lectores de doce años sobrevive a esa lucha. Por eso es preciso conjugar calidad y atractivo en las lecturas que se le ofrecen entre los 6 y los 12 años.

Pensar que toda la literatura infantil es de la misma calidad supone desconocer las reglas de juego. Hay libros con garra que sobreviven el paso de los años; otros perecen tras la moda pasajera. Algunos presentan modelos de convivencia que nada tienen que ver con una familia normal o un mundo de fantasía en el que conviven orcos y demonios con la misma naturalidad. Al ser preguntado un niño de ocho años que diferencia había entre un ángel y una hada contestó muy seriamente que las hadas tienen las alas más pequeñas.

No toda la literatura de ficción tiene el mismo valor. Por eso el autor de esta selección se ha tomado la molestia de leer cientos de libros para elaborar una selección de cien posibles a leer entre los 6 y 8 años, otros cien entre 8 y 10 y una tercera serie de cien para leer entre los 10 y los 12 años. De ese modo, cuando un adulto pretende comprar un libro para niños puede leer las reseñas que Mañú recoge y hacerse una idea de si es el libro adecuado para el niño o la niña en quien está pensando. Otros, profesores o bibliotecarios, lo podrán usar para elegir entre los numerosos libros infantiles que cada año salen al mercado. Quizá no todos sean excelentes, pero sí es cierto que todos los ha leído personalmente el autor de las reseñas y los ha escogido entre muchos posibles. Todos los elegidos aportan algo.

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