Aulas escolares, centros académicos universitarios, salones de ayuntamientos, sedes parlamentarias, dependencias judiciales y públicas de todo tipo, parques y plazas, todo el espacio público, en definitiva, puede ser, y ha sido de hecho, la concreción material donde algunas manifestaciones externas de las creencias religiosas han resultado conflictivas, hasta el punto de generar una reiterada polémica en la opinión pública y una, ya no pequeña, jurisprudencia en diversos países y en la misma Unión Europea.
La expulsión de su escuela en Francia, en 1999, de dos niñas musulmanas de 11 y 12 años que se negaban a quitarse el velo islámico para participar en la asignatura de educación física; o la prohibición en 1998 a Leyla Sahín, estudiante de…
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