Anagrama. Barcelona (2001). 387 págs. 1.300 ptas.
Esta es la cuarta novela de Belén Gopegui (Madrid, 1963), que parece llevar una línea ascendente en el planteamiento ambicioso de sus relatos, como quedó demostrado con sus novelas La escala de los mapas (1992) y La conquista del aire (ver servicio 117/98). En esta ocasión, explica sus razones más profundas en el interior de la misma novela, mediante un recurso sorprendente y, a la vez, de raíces clásicas: un coro que interrumpe la acción glosándola y fragmentándola, elogiándola y criticándola. Pero se trata de un coro que está implicado y forma parte de la novela: «Coro de Asalariados y Asalariadas de Renta Media Reticentes».
El protagonista, Edmundo -como el personaje de la novela de Dumas, que también busca venganza-, es hijo de un hombre que estuvo implicado en el caso Matesa, ocurrido en época franquista. Con el padre en la cárcel, decide estudiar Ciencias de la Información en la Universidad de Navarra. Mientras adelanta en su carrera, se entrena en el arte de espiar y pasar inadvertido. Se siente ateo, no libre, maltratado por una sociedad de la que está decidido a vengarse desde dentro, y para ello llegará a la corrupción y al chantaje. Otra voz narradora es la de Irene Arce, una antigua alta ejecutiva de televisión, conocedora del mundo de la publicidad y la comunicación en el que Edmundo se introduce.
La novela está escrita con el estilo habitual de Gopegui, pero adecuándose a los dos planos narrativos: uno escueto y seco, de frases cortas y directas, y el otro locuaz. La autora hace una fábula no tanto moral, sino que critica la moral, mostrando a la vez que el cinismo y la venganza no son la solución.
A. Gandía