Debate. Madrid (1993). 196 págs. 1.400 ptas.
Los cinco relatos que componen Los aéreos se alejan de las corrientes de la narrativa actual. Ni novela negra ni sentimentalismo o historicismo aparecen en sus páginas. Cada relato es una indagación en la intimidad de unos seres que -según su autor- «carecen del impulso victorioso de una flecha, y no caen, como una pluma, en una espiral suave e indolora. Sus movimientos, a veces nobles, a veces torpes, parecen obedecer leyes ilusorias o vagas: con los medios de que disponen apenas alcanzan aquello que no pueden sostener». Es decir, la permanente, dolorosa y, a veces, desproporcionada lucha entre la realidad y el deseo, entre lo que cada uno imagina y lo que impone la existencia. Y por eso minuciosas construcciones mentales y proyectos disparatados se resuelven en vulgares derrotas: la hermosa atrayente acaba de adorno de un moderno divo; la misteriosa, de granjera prematuramente embarazada; y el dudoso diluye a la princesa Ojos Azules y a su mejor yo en el olvido del tiempo.
Luis Magrinyà (Palma de Mallorca, 1960) cuenta estas historias con un estilo que refleja muy bien esos conflictos. Frases largas, curiosas imágenes y sugerentes observaciones forman un bosque de difícil acceso. Sin embargo, una vez superadas las complicaciones primeras, el lector no se pierde en esos vericuetos, aunque sobren páginas a algunos relatos. Además, en su composición, el autor transmite al lector la desproporción de los conflictos y la sorpresa del desengaño final. Lo que empieza pareciendo una cosa se resuelve en otra muy distinta, sin que la lectura haya podido anticiparlo. Un tono de suave humor atempera estos relatos de fracaso, que, de no ser así, habrían resultado necesariamente amargos. En suma, Los aéreos es un interesante y complejo primer libro de un joven autor que se aleja de una literatura fácil a veces, y que logra, bordeando el exceso, buenos resultados.
Pedro L. López Algora