Interesante librito de este escritor y periodista italiano (Roma, 1954), habitual colaborador en periódicos y revistas, por su contenido y porque está muy bien escrito, con garra y con altura literaria. El narrador se dirige a su hijo, de 18 años, para mostrarle su incomprensión y su exasperación ante su comportamiento —desordenado, descuidado, todo “un perfeccionista de la negligencia”—.
Al principio de su relato señala cómo, muchas veces, en su cabeza se desarrolla una especie de congreso donde distintas voces opinan sobre cuál debería haber sido su conducta educativa: “el título ideal de tan farragoso simposio debería ser: “Cuántas veces, en lugar de mandarte al carajo, hubiera debido abrazarte. Cuántas veces te abracé y, en cambio, hubi…
Contenido para suscriptores
Suscríbete a Aceprensa o inicia sesión para continuar leyendo el artículo.
Léelo accediendo durante 15 días gratis a Aceprensa.