En las primeras décadas del siglo pasado, Praga fue uno de los grandes focos culturales europeos. Franz Werfel (1890-1945), judío, formó parte del grupo de autores de esa ciudad que, como Rilke, Kafka, Brod, etc., escribían en alemán. De su pluma salieron libros tan destacados como La novela de la ópera, La Canción de Bernadette o Una letra femenina azul pálido. Recientemente, se ha traducido al castellano Los cuarenta días del Musa Dagh, una de sus novelas más ambiciosas.
El pueblo armenio sufrió, a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, un genocidio espantoso y a menudo olvidado. La novela recoge un episodio de esta dramática depuración. Son los años de la Gran Guerra, el gobierno nacionalista turco ha iniciado un proceso de aniquilación de los armenios asentados en su territorio. En un apacible valle de la costa siria, los habitantes armenios se rebelan y deciden trasladarse a las cercanas cumbres del Musa Dagh, para defenderse hasta morir, antes que ser deportados y aniquilados como el resto de sus compatriotas. Gabriel Bagradian, hombre rico y culto, afincado en París y casado con una francesa, heredero de unas tierras de su ilustre familia en el valle del Musa Dagh, es el instigador de esa reacción.
Werfel describe con maestría los cuarenta días de asedio, con detalles del clima que se va creando contra los armenios, de los preparativos de la resistencia, de las acciones bélicas, de las penurias que los asediados han de soportar… hasta el inesperado final. A pesar de su extensión, el ritmo de la novela nunca decae y tiene momentos de gran intensidad. Aunque se impone sobre todo la personalidad de Gabriel Bagradian, peculiar por su origen armenio y por su formación occidental, hay numerosos personajes muy bien caracterizados, con los que se muestra la variedad de las pasiones humanas y de las reacciones ante unos hechos dramáticos. Se muestra el heroísmo, pero también las flaquezas, los miedos, las dudas e incluso las traiciones. Werfel ofrece también reacciones contrarias al genocidio en el bando turco, así como algunos intentos de ciudadanos europeos y norteamericanos de dar a conocer al mundo la tragedia de aquel pueblo. Una obra coral, cercana por el tono a las tragedias clásicas, en la que queda también patente la fe de los armenios.