Seix Barral. Barcelona (1995). 284 págs. 700 ptas.
Los personajes de esta novela se dibujan tan progresivamente como fueron apareciendo a lo largo de 1896 en sucesivos números de la revista The Atlantic Monthly. Revisadas las entregas, se publicaron como libro al año siguiente. Nuevos retoques originaron la versión que ahora comentamos (1908), en la que se ha cuidado mucho una no siempre fácil traducción.
Poynton es una mansión decorada con exquisito gusto, una perfecta armonía de valiosos objetos. La casa refleja la personalidad de la señora Gereth, que con ahínco ha reunido estos tesoros. Cuando Owen, su hijo, se compromete con Mona, la orgullosa señora decide rebelarse contra el eclipse a que la usanza inglesa condenaba a las madres viudas. No permitirá ser despojada de los objetos ni de la casa. De esta forma, la defensa de unas posesiones es la defensa de sí misma. En la lucha la ayudará una joven sensible y muy inteligente, Fleda Vetch, protegida suya.
A partir de este pequeño argumento, la reposada y minuciosa pluma del autor deja a las protagonistas el tiempo que precisen para reflexionar e interiorizar las experiencias que viven, entre las que domina el descubrimiento del amor. El más mínimo rincón de sus mentes queda iluminado y patente.
El desarrollo es absolutamente comedido, y las frases y episodios se engarzan en un flujo y reflujo de olas y mareas. Esta novela es una gran ocasión para los lectores que gusten de sumergirse lentamente en una obra literaria de gran calidad artística y humana con la calma que exige siempre la prosa de James.
José Félix Tamayo