Tusquets. Barcelona (1994). 295 págs. 2.000 ptas. Edición original: Gallimard. París (1993). Traducción de Beatriz de Moura.
Es éste un ensayo con todas las mañas seductoras de una novela. En él Milan Kundera habla de música y literatura, muy referidas a su país de origen, Bohemia. Ese tono de experiencia vivida le permite desarrollar su ensayo muy lejos de lo teórico, y darle un aire subjetivo, a veces autobiográfico. Nunca lleva adelante demasiado tiempo ni demasiado adentro una idea: la viste siempre de anécdota o suceso, o de irritada agresión, o de conmovida ternura por su tierra y los suyos.
Con gran amenidad Kundera habla del origen de la novela (de modo distinto a El arte de la novela) con constantes referencias a Cervantes y a Rabelais. Habla de los por él llamados continuadores, como Sterne y Diderot; de escritores centroeuropeos de este siglo, como Mann, Musil y Broch, y de modo especial de Kafka, y de la «traición» literaria de su amigo Max Brod. Comenta o cita a sus actuales preferidos: Rushdie, Fuentes, Sollers.
Presenta la música en relación con la literatura de modo apasionado y erudito, pedagógico, sobre todo la de Stravinski, y especialmente la de su compatriota Janacek, cuya obra reivindica y enaltece.
Entre las opiniones de Kundera surge de vez en cuando la referencia a una moral o a un credo que, curiosamente, por así decir, disiente casi siempre del credo y de la moral católicos; pero sin mayor hondura.
Milan Kundera, afincado desde hace años en París, ha escrito estos textos directamente en francés, y transmite un consejo a los artistas checos: salid de vuestro nacionalismo cultural, escribid en una lengua universal; si no, no os conocerá nadie, no aportaréis nada…
Pedro Antonio Urbina