Al retratar en sus novelas a la aristocracia inglesa, Jane Austen (1775-1817) prestó especial atención a las vidas de unas mujeres atrapadas en convencionalismos que impiden desarrollar con naturalidad sus más elementales sentimientos.
En Mansfield Park se cuenta la historia de Fanny Price, una joven de modesta condición que es recogida por los Bertram, parientes ricos de su madre, que viven en una lujosa mansión. Fanny recibirá la misma educación que sus cuatro primos, si bien nunca será tratada de la misma manera y siempre existirán en sus relaciones una clara diferencia de derechos y privilegios. La novela cuenta de manera detallada los entresijos de la vida en Mansfield Park –un buen análisis de la vida aristocrática de estos años– hasta que los hijos empiezan a tener edad para casarse. Es entonces cuando se recogerán los frutos de una educación que, en bastantes ocasiones, se ha basado en una débil disciplina, en la frivolidad y en el cultivo obsesivo de los modales y las apariencias.
Sin embargo, con el paso del tiempo Fanny demostrará una singular entereza de ánimo, que la librará de las estériles y falsas pasiones amorosas en las que caerán algunos de sus primos. Por encima de todos los personajes parece como si la sociedad hubiese tejido una tela de araña que les impide ser auténticos. Pues las convenciones sociales no son aquí simples normas de urbanidad sino leyes férreas, que impiden cualquier tipo de imprevisto.
Al igual que en Juicio y sentimiento y Orgullo y prejuicio, el estilo de Jane Austen, moroso y elegante, es el adecuado para describir tanto la psicología de estos personajes como los delicados ambientes que aparecen. Curiosamente, este libro, inédito en castellano, ha sido publicado ahora a la vez por las editoriales Rialp y Alba.