No sé cómo van a recibir esta nueva y esperada novela de Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) sus habituales y numerosos lectores, que se han acostumbrado a asimilar sus dos tendencias literarias: la ambiciosa novela histórica y social (tipo La ciudad de los prodigios) y el esperpento de historias tan desternillantes como La aventura del tocador de señoras.
Mauricio o las elecciones primarias no es ni una cosa ni la otra. Ambientada en la Barcelona de la mitad de la década de los 80, la novela busca reflejar el clima social de una generación que había depositado demasiadas esperanzas en la política y en la democracia y, poco a poco, con desencanto, fueron dedicándose a otros menesteres más prácticos, como ganar dinero.
El protagonista es Mauricio Greis, un abúlico dentista catalán con poca sustancia literaria. En un casual reencuentro con un antiguo compañero de estudios, entra en contacto con algunos políticos del Partido Socialista Catalán (PSC), que le animan a presentarse a las elecciones autonómicas de 1984. Con muy poca pasión, Mauricio accede. Es en esta parte de la novela donde Mendoza abusa más de la parodia, dando vida a unos personajes que rozan el ridículo y el estereotipo, como el cura obrero y borracho o antiguos militantes antifranquistas. En una de estas expediciones a los suburbios para asistir a un mitin, Mauricio conoce a la cantante Porritos, con la que más adelante tendrá una aventura amorosa en principio secundaria pero que, poco a poco, tendrá más peso en la novela. A la vez, Mauricio mantiene otra relación sentimental y sexual con Clotilde, una joven abogada con un complicado carácter que intenta abrirse camino en el mundo laboral. La novela termina en 1986 con el anuncio de que Barcelona ha sido designada como sede de las Olimpíadas.
Como análisis de una época, el balance resulta limitado y parcial, pues el autor no consigue describir de manera verosímil el espíritu de aquellos años. La caída en la parodia y la inconsistencia de las relaciones sentimentales de todos los personajes limitan y ridiculizan el objetivo testimonial. Mauricio o las elecciones primarias es, pues, una novela escrita de manera sobria, con eficaces diálogos, que deja indiferente tanto por su insulsa trama como por sus pretenciosas pero insatisfechas intenciones sociológicas.