La primera parte la narra Xenia, una chica de unos quince años: entra en contacto, en la red, con un chico entusiasta de la novela de Salinger El guardián entre el centeno; se siente atraída por él pero cuando intenta verle personalmente, descubre que no es quien decía ser. La segunda parte es una larga carta del chico a Xenia: está ingresado en un centro de menores desde los 14 años acusado de haber matado a una chica.
La novela está bien escrita, es tensa y hace pensar en los peligros de los contactos por Internet por un lado; en las dificultades en las que algunos chicos crecen y viven; en cómo es la vida en un centro de menores… A su favor hay que decir que tiene un final satisfactorio pero no tramposo, pues la narración no se prolonga más de lo que debe.
Algunos lectores puedan pensar que la novela es más suave de lo que debería ser, pensando sobre todo en la simpatía que acaba desprendiendo el narrador. Pero muchas novelas juveniles buscan así cumplir bien sus funciones: apuntar los temas fundamentales y, por supuesto, remitir a otras narraciones y a la misma vida.