Temas de Hoy. Madrid (1998). 320 págs. 2.300 ptas.
La editorial Temas de Hoy acaba de estrenar una colección dedicada a los maestros del humor español de este siglo, que revolucionaron el teatro cómico y que también dieron al cine y a las revistas de humor un nuevo aire mucho más moderno y lúdico. La serie se abre con La tournée de Dios, de Jardiel Poncela, y con Mis memorias, de Miguel Mihura. Está previsto publicar también libros de Tono, Edgar Neville, López Rubio, etc.
El escritor Miguel Mihura (1905-1977) capitalizó esta importante revolución cómica en unos años en los que la realidad española de posguerra no estaba precisamente para muchas bromas. Como autor de teatro, Mihura transformó los recursos escénicos y verbales en obras como Tres sombreros de copa y Maribel y la extraña familia. Su indiscutible magisterio como director de las revistas La Ametralladora y La Codorniz creó todo un estilo de humor que continuaron otros muchos escritores. Fue también guionista, autor de tiras cómicas y de sorprendentes narraciones que se publicaron en revistas de humor y que después fueron recogidas en diferentes volúmenes, entre otros Cuentos para perros (Bruño, Madrid, 1994; 201 págs., 600 ptas.).
Mis memorias rescata uno de los mejores textos de humor de la literatura contemporánea española. En él, Miguel Mihura lleva hasta las últimas consecuencias su personal concepto del humor y escribe unas divertidísimas e imaginarias historias sin pies ni cabeza, donde también queda patente su decidida apuesta por un sentido del humor que no tiene otra finalidad que la de provocar la risa. En una de las pocas ocasiones en que Miguel Mihura reflexiona sobre lo que él entiende por humor, dice: «El humor es un capricho, un lujo, una pluma de perdiz que se pone uno en el sombrero (…). El humor verdadero no se propone enseñar o corregir, porque no es ésta su misión (…). El humor es verle la trampa a todo, darse cuenta de por dónde cojean las cosas; comprender que todo tiene un revés, que todas las cosas pueden ser de otra manera (…)».
Muy poco tiene que ver el humor de Mis memorias con el que se factura hoy día. Pero eso no significa nada; puede que incluso sea una virtud. Miguel Mihura se apoya en su desbordante imaginación, en su facilidad para forzar las situaciones, en la invención de personajes estrafalarios que se burlan de las férreas aplicaciones de la lógica.
Ángel Amador