Mis recuerdos es una obra del poeta indio Rabindranath Tagore (1861-1941), inédita en España hasta la presente edición. Después de su lectura, se agradece la suerte de que este libro le haya caído a uno en las manos.
“Recordando mi infancia, creo que el pensamiento más recurrente en ella era que vivía rodeado de misterios. Algo inimaginable estaba acechando por todas partes y la pregunta más apremiante cada día era: ¿cuándo, cuándo lo encontraremos? Como si la naturaleza sostuviera algo escondido en el hueco de las manos…” Al lector le llega la voz íntima de Tagore mientras lee, y de su mano se traslada aparentemente lejos en el tiempo y el espacio, y lo que realmente ocurre es que camina por su propio espacio íntimo y reconstruye sus propios recuerdos.
Al misterio de la infancia se añade en este texto el de la India colonial vista por la mirada del niño y del adolescente. A ese tiempo nos traslada la pluma del hombre maduro que recuerda y reconstruye su pasado, colmado ya de vida y de experiencia: cuando escribió esta obra Tagore tenía 50 años.
El relato nos conduce al nacimiento del poeta, un despertar lento y a la vez impetuoso: los primeros apuntes, los primeros libros y su publicación. Sobre estas experiencias dice: “la fuerza que gané escribiendo libre de todas las trabas de la tradición me llevó a descubrir que había estado buscando en lugares imposibles algo que estaba, en realidad, en mi interior”.
Con 17 años Rabindranath Tagore se traslada a Brighton en Inglaterra, después a Londres. Durante este tiempo sus experiencias se multiplican, por ejemplo: “No puedo afirmar que sentí el alma de la música europea, pero lo poco de ella que desde el exterior llegué a comprender me atrajo mucho… Lo que tengo en mente es la diversidad, la profusión de las olas del mar, el incesante juego de luz y sombra sobre las ondulaciones…”
El relato nunca pierde interés ni intensidad: en cada página se constata el conocimiento y la cercanía de una persona extraordinaria que, con toda sencillez, nos comunica su verdad íntima.
Deberían existir muchos libros como este para que -sumergidos en sus páginas- pudiésemos encontrar belleza, pensamiento, paz, profundidad, y así conocernos mejor a nosotros mismos.
Este libro es, como todos los de Tagore, un pozo de sabiduría y de belleza del que se puede volver a beber una y otra vez.