Mijaíl Afanásievich Bulgákov (1891-1940) estudió medicina en la Facultad de su ciudad natal, Kiev, y ejerció como médico rural hasta 1921, año en el que se traslada definitivamente a Moscú y donde comienza su carrera literaria. Su primera novela, La guardia blanca, apareció en 1924 y relata la toma de Kiev por el ejército rojo.
En sus primeros relatos, recogidos en Salmo y otros cuentos inéditos acredita ya su facultad para la sátira, que cultiva a conciencia. También publicó con éxito una novela de ciencia-ficción, Corazón de perro, y la obra de teatro La Isla Púrpura.
Aunque al principio de su carrera como escritor y dramaturgo sus obras fueron valoradas por el propio Stalin, cayó en desgracia con el régimen soviético, como sucedió a tantos otros escritores, y se le impidió publicar y representar sus obras. Durante esos años concentró sus esfuerzos en la composición del libro que sería considerado su obra maestra, El maestro y Margarita.
El médico joven, ilusionado e inexperto, inseguro y decidido hasta la aparente irreflexión, queda magistralmente retratado en los ocho relatos de este libro. En Morfina, título de uno de ellos, se describe de manera naturalista –con ribetes autobiográficos– cómo funciona la dependencia de la droga, de la que es víctima un colega del protagonista. Este es un médico que comienza su carrera y tiene que enfrentarse, solo y aislado, a toda la extensa gama de patología que puede presentar una amplia población rural de la provincia de Smolensk: infecciones, problemas quirúrgicos, partos complicados…; dificultades que ha de abordar con la vocación profesional del médico clásico y con total entrega.
Estas Notas de un médico joven –título original de la obra– relatan, sobre todo, la lucha interior del protagonista, que no cede a la tentación de la huida, ni a la de una mediocridad irresponsable. La narración es directa, rápida, descriptiva y no exenta de una fina ironía, lo que convierte a este libro en una enriquecedora y amena lectura.
(Versión actualizada de la reseña publicada el 3-04-2002 sobre una edición de Anagrama con traducción de Selma Ancira.)