Conspiración en MoscúSalamandra. Barcelona (2003). 282 y 376 págs. 11 y 13,50 €. Traducción: Rafael Cañete Fuillerat.
La tercera y cuarta entregas de las aventuras del diplomático, espía e investigador Erast Fandorin continúan en la línea de las dos primeras (ver servicio 44/02). Akunin conjuga la intriga y la acción con un tono ligero, elegante y limpio. Los retratos costumbristas de la realidad rusa del último cuarto del siglo XIX son inteligentes y tienen gran fuerza evocadora. No en vano, Akunin, seudónimo del georgiano de 47 años, Grigori Shalvovich Chjartishvili, es el autor que más libros vende hoy en Rusia.
Akunin aprovecha estas dos novelas para retratar el gran mundo que se da cita en un crucero de lujo entre Southampton y Calcuta (Muerte en el Leviatán), y los distintos ambientes de la sociedad moscovita (Conspiración en Moscú). La imitación del folletín decimonónico trae consigo una prolijidad en las tramas que recuerda a Wilkie Collins y que, en ocasiones, puede resultar excesiva. Pero la lectura no se hace pesada porque el estilo del autor es muy pulcro y bastante ameno. Es inteligente el recurso al narrador omnisciente, muy socorrido en el género policiaco, porque permite sembrar el relato de los tics característicos del héroe, que siempre gusta al lector encontrar en su hoja de ruta. El exotismo y la galantería, la proverbial humanidad y afecto que caracterizan a los eslavos son bazas que Akunin explota sagazmente.
Alberto Fijo