Nieve en otoño es la tercera novela que publicó la escritora de origen ruso Irène Némirowsky (1903-1942), la autora de Suite francesa. Se trata de una historia breve y sencilla, con apenas historia argumental, en la que Némirovsky vuelve a brillar en la estupenda descripción de situaciones y personajes. Además, sabe dotar de sentimiento y emoción a esta breve narración dando especial relevancia al lenguaje con el que se describen los detalles en apariencia nimios de la vida cotidiana.
La protagonista es la anciana Tatiana Ivanovna, que ha dedicado toda su larga vida a servir con lealtad y cariño a la familia rusa de los Karin, víctimas de la revolución y que abandonaron Rusia precipitadamente para exiliarse en París. En el primer otoño parisino, Tatiana añora la nieve que por esas mismas fechas ya cubría el panorama del parque y los jardines de la dacha moscovita. Tampoco consigue hacerse a la agibarrada vida del pequeño apartamento en el que la noble familia rusa comienza a rehacer su vida. Y, encima, echa de menos a su querido Yuri, quizás el niño al que más mimaba en aquella mansión llena de sirvientes, bullicio y gratos recuerdos de mejores tiempos. Ahora, sin embargo, todo ha cambiado. Tatiana, abatida, siente que ella ya no tiene fuerzas para adaptarse a las nuevas circunstancias.
Una novela de añoranzas y de pérdidas que encarna el doméstico y minúsculo sentimiento de la nostalgia.