Publicada póstumamente, Novela de ajedrez fue la última que escribió Stefan Zweig (Viena, 1881-1942) antes de su muerte. La terminó en febrero de 1942 cuando se encontraba exiliado en la ciudad brasileña de Petrópolis, pocas semanas antes de su suicidio junto con su segunda mujer, Charlotte Elisabeth Altmann. Esta nueva edición recupera la versión original del autor, corregida dos días antes de morir, y elimina las modificaciones introducidas en posteriores ediciones. Se publicó en la primavera de ese mismo año y desde el primer momento alcanzó mucho éxito.
Las circunstancias que rodean el proceso de escritura de esta breve novela están muy bien explicadas en el epílogo, a cargo también del traductor, Luis Fernando Moreno Claros, que realiza además una certera disección tanto del significado de esta obra como de toda la vida y la literatura de un autor que sigue siendo muy leído hoy día.
Novela de ajedrez describe la vida de Mirko Czentovicz, hijo de un barquero eslavo del Danubio que, tras el fallecimiento de su padre, es recogido por un párroco que lo educa para que aprenda todo lo que él no fue capaz de asimilar. Pese a su escasa capacidad intelectual, logra convertirse en campeón mundial de ajedrez.
Pasados los años, Czentovicz realiza un viaje en barco desde Nueva York a Buenos Aires. Durante la travesía coincide con un noble vienés que huye de los nazis y que le cuenta cómo fue hecho prisionero por miembros de la SS. Durante su prisión encuentra en el ajedrez una vía de escape al aislamiento, pero su obsesión por el juego acaba siendo enfermiza. Mirko Czentovicz y este noble vienés se enfrentan ante el tablero en una singular e igualada partida.
Para Moreno Claros, esta breve novela, en la que aparecen también de manera explícita las dramáticas circunstancias de la época de Zweig (lo que no es habitual en sus obras), “dramatiza la desesperación” que vivió en las últimas semanas de su vida.
Novela de ajedrez ofrece un fiel retrato de estos personajes antagónicos, que son también resumen, a su manera, de toda una época y mentalidad. La obra no está dirigida solamente a los amantes del ajedrez, aunque estos encontrarán más alicientes. Con un lenguaje sencillo y realista, su lectura resulta muy atractiva.
Para el autor del epílogo, esta novela “con el paso de los años se ha convertido en uno de esos relatos imprescindibles que da voz a las personas tenaces que tienen la fuerza de resistirse a cualquier tiranía que amenace con anular lo más hermoso que poseen: su individualidad”.
(Versión actualizada de la reseña, publicada el 21-09-1994, de la edición de Acantilado en traducción de Manuel Lobo).