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Novelas que dejan huella. 50 relatos geniales del siglo XXI

EDITORIAL

CIUDAD Y AÑO DE EDICIÓNMadrid (2023)

Nº PÁGINAS316 págs.

PRECIO PAPEL18 €

PRECIO DIGITAL7 €

GÉNERO

Ser lector puede ser nocivo. Ni el más voraz de los lectores puede mantener el ritmo editorial, ni leer todas las clásicas. El último ensayo de Hilario Mendo tiene el propósito de facilitarnos la selección de lecturas. En efecto, no hay que olvidar que la elección de un libro conlleva un coste de oportunidad en absoluto desdeñable. Así que el esfuerzo por presentarnos, haciendo las veces de crítico literario, medio centenar de novelas valiosas que ha leído o se han publicado en las dos décadas que llevamos de siglo merece, aun desde el puro egoísmo utilitarista, un sentido agradecimiento. El libro, además, será especialmente interesante para quienes, como este sacerdote, frecuenten el trato con jóvenes universitarios ocupados en el difícil tránsito entre las lecturas juveniles y adultas.

Mendo no ofrece una más de las incontables listas de títulos que todo aspirante a culto debe leer. Tampoco desea dar a conocer las tramas de las narraciones, aunque alguna revelación parcial sea inevitable. El libro reivindica de forma silente el interés de la lectura como instrumento del pensamiento. A cada una de las novelas escogidas le acompaña una selección de pasajes sobre los que Mendo propone un diálogo con el lector. Más que una continuidad, en estas páginas encontramos un complemento de su anterior trabajo, Mis libros inolvidables, publicado en 2006 por Rialp, en el que ofrece un ejemplo autobiográfico de la influencia que la literatura y nuestro contexto vital ejercen entre sí. Ahora da un paso al lado, proponiendo los interrogantes filosóficos que surgen a partir de la lectura de buena literatura: la aparente indiferenciación entre las religiones, la justicia, o la misma aceptación de la herencia cultural en un contexto hostil.

Hay, en este medio centenar de reseñas, obras y autores para todos los gustos. De habla hispana, como Vargas Llosa o Padura; narradores consagrados, como Saroyan o Stegner; clásicos, como Zweig. Se trata de un elenco completo, pues tomado en conjunto, los libros conformarían una biblioteca suculenta, variada y muy formativa,

Ahora que los barómetros sobre hábitos de lectura y compra de libros señalan una tendencia alcista, Mendo indica pistas formativas para potenciales lectores. Quien se acerque a estas páginas comprobará que una verdadera charla sobre literatura tiene poco de prurito intelectual. Que en la elección de los títulos, el capricho o interés pasajero debería ser el tercer o cuarto criterio a manejar. Que el sentimiento es emoción más pensamiento, por lo que un libro que no suscite en nosotros alguna reflexión no habrá merecido el esfuerzo. Que las fichas y el bolígrafo no son menos indispensables para la lectura que la luz y el silencio. En fin, que el disfrute de la lectura requiere dosis iguales de arte y esfuerzo.

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