Alba. Barcelona (1999). 644 págs. 4.600 ptas. Traducción: Lydia Kúper Velasco.
Menos conocido quizá que los grandes maestros de la novela rusa del siglo XIX, Iván Alexandrovic Goncharov (1812-1891) es un autor importante y Oblómov, su obra más destacada, equiparable en calidad a las mejores de aquellos.
Iliá Ilich Oblómov es un terrateniente, de gran corazón, honesto, bondadoso, pero abúlico. Sus ideales de juventud han ido desapareciendo ante las dificultades para realizarlos y su vida transcurre lejos de sus tierras, sin apenas relacionarse con el mundo exterior, y sometido a los abusos de varios amigos que se enriquecen a su costa.
Contrasta su actitud con la de tres personajes que le aprecian de verdad y que tratan de ayudarle: Andrei, de origen alemán, un hombre trabajador, ilusionado por la vida, que intenta que Oblómov recupere las ilusiones perdidas; Olga, joven huérfana de gran personalidad, de la que Oblómov se enamora, pero a la que termina rechazando por miedo a no darle la felicidad que merece. La parte segunda del libro, que se centra en esa relación, resulta especialmente enriquecedora por los contrastes entre los protagonistas y por la belleza de sus consideraciones sobre el amor conyugal. El tercer personaje que influye positivamente sobre Iliá Ilich es Agafia, quien cuida de la vivienda a la que Oblómov se traslada. Se trata de una mujer muy trabajadora, abnegada, inculta, pero con una calidad humana sobresaliente, que se desvive desinteresadamente por Oblómov.
Destaca en la novela la hondura con que Goncharov adentra al lector en la personalidad de unos personajes variadísimos, sobre todo a través de unos diálogos muy conseguidos y matizados. Y esto no sólo hay que afirmarlo de los grandes protagonistas del relato, porque también los personajes secundarios son de carne y hueso, y muestran tanto como aquellos las grandezas y las mezquindades del corazón humano. No faltan, sobre todo en la primera parte, las dosis de humor ni, a lo largo de toda la obra, las excelentes descripciones de paisajes naturales y de ambientes urbanos. Una gran novela.
Luis Ramoneda