Planeta. Barcelona (2006). 492 págs. 22,50 €. Traducción: Marta Rebón Rodríguez.
Un conocido vaticanista norteamericano, John L. Allen, corresponsal en Roma del semanario «National Catholic Reporter», es el autor de este libro reportaje sobre el Opus Dei, institución de la Iglesia sobre la que existe abundante bibliografía de diverso signo.
El autor ha sorteado diversas dificultades. Corría el riesgo de dar una mera respuesta a un producto de bajo nivel intelectual, como «El Código Da Vinci», que desarrolló su estrategia de publicidad y ventas durante el mismo periodo de gestación y escritura que su libro. Eso hubiera empobrecido notablemente este amplio reportaje, escrito con un estilo divulgativo genuinamente norteamericano, fruto de varios años de trabajo, de visitas a ocho países y trescientas horas de entrevistas.
Otro riesgo era el de convertirlo en un manifiesto a favor o en contra de la institución. Aunque Allen ofrece sus propias conclusiones y analiza el «fenómeno Opus Dei» desde una mentalidad anglosajona preocupada fundamentalmente por los aspectos organizativos, con una marcada perspectiva sociológica y una personal visión eclesiológica, sabe desligar sus opiniones personales de las realidades con las que se va encontrando.
El libro se dirige fundamentalmente a lectores que conocen la literatura negativa sobre el Opus Dei y mantienen una actitud hostil o de clara prevención ante esta institución. El resultado es un análisis periodístico discutible por lo personal, pero honesto y sincero. Allen confronta los mitos con la realidad, analiza los datos, recoge las afirmaciones de los miembros de la institución, las de sus partidarios y sus críticos, y, mediante una concienzuda investigación, desinfla muchos tópicos sobre el Opus Dei difundidos en Norteamérica, deteniéndose en realidades y aspectos que pueden sorprender a un lector europeo, pero que están ligados a los conceptos culturales de la mentalidad americana.
La novedad de este libro, es que -a diferencia de algunos otros elaborados por personas ajenas a esta institución- el autor basa sus afirmaciones en realidades que ha analizado personalmente y que ha confrontado con afán de objetividad. Ha estado en centros del Opus Dei para conocer la realidad de primera mano; ha consultado numerosas fuentes escritas y ha tenido amplias conversaciones con miembros, con amigos y con personas sumamente críticas.
Su reportaje refleja ampliamente el contenido de estas conversaciones y, tras establecer los datos sociológicos que le sirven de punto de partida, Allen analiza el Opus Dei conforme a su propia naturaleza y misión: una institución de la Iglesia Católica. Ese enfoque -propio de un sociólogo, no de un teólogo o un estudioso de la espiritualidad laical- le permite comprender algunos rasgos de la vida de los miembros de esta Prelatura, como los de carácter ascético, que se vuelven incomprensibles si se analizan desde otra perspectiva.
Finalmente, ofrece sus propias conclusiones, evitando que el reportaje se quede reducido a un mosaico de valoraciones contrapuestas. El libro ha suscitado diversas reacciones. Cuenta el mismo autor que unos miembros del Opus Dei lo han valorado positivamente y otros miembros consideran que concede un excesivo espacio a los testimonios críticos. El resultado, en todo caso, desilusionará a los buscadores de mitos.
José Miguel Cejas