Rialp. Madrid (1994). 383 págs. 2.995 ptas. Edición original: Società Editrice Internazionale (SEI), Turín (1992).
Se ha llegado a decir que los relatos de los evangelios deben ser interpretados únicamente en clave teológica, y no buscar en ellos ninguna crónica fiel de los hechos. Quienes suscriben esta tesis sacrifican el Jesús histórico al Jesús de la fe, y el resultado final es un Jesús nebuloso, más próximo al mito que a la realidad. Hasta finales del siglo XVIII pocos pusieron en duda la historicidad de los evangelios, pero las filosofías racionalistas nacidas principalmente en Alemania trataron de arrancar de ellos cualquier elemento sobrenatural. Semejantes ideas terminaron por influir en círculos protestantes primero y católicos después.
Con ¿Padeció bajo Poncio Pilato? (ver servicio 47/93), el periodista y escritor italiano Vittorio Messori sale al paso de estas interpretaciones que ponen en duda la historicidad de los evangelios y que atribuyen su autoría no a los cuatro evangelistas sino a primitivas comunidades cristianas que habrían aportado en los primeros siglos toda clase de materiales hasta dar a los textos la forma en que han llegado hasta nosotros. No se trata de una simple cuestión de erudición: lo que está en juego, en el fondo, son las bases mismas del cristianismo, que se derrumbaría si se negara su fundamentación histórica. De ahí que resulte especialmente elogiable el esfuerzo de Messori por poner al alcance del gran público una valoración de esta discusión de especialistas. Y a pesar de su carácter eminentemente divulgativo, la obra ha sido acogida con respeto por esos mismos estudiosos.
El libro se centra sobre todo en los pasajes cuya historicidad ha sido puesta en discusión por escuelas, autores o sectas. Ante cada episodio, el autor expone, en primer lugar, las razones con las que se ha negado su verdad histórica. A continuación, contrasta esas afirmaciones sirviéndose de fuentes extra-evangélicas, documentos históricos y explicaciones de otros autores, entre los que figuran estudiosos hebreos contemporáneos. Acude también a argumentos filológicos, psicológicos y de puro sentido común.
Existen muchas «razones para la fe» en el Jesús histórico, y las fuentes escritas y apologéticas utilizadas por el autor son un buen punto de apoyo. Desvincular fe y razón lleva inexorablemente a separar religión y vida. La religión cristiana termina entonces convirtiéndose en el coto cerrado de unos pocos especialistas.
Messori hace uso de una impresionante documentación e invita al lector a una investigación casi detectivesca, hasta sumergirle en el misterio -también histórico- de los relatos evangélicos de la pasión y muerte de Jesús.
Antonio R. Rubio