Los apuntes de Boz era un volumen en el que Charles Dickens (1812-1870) recogía una serie de artículos costumbristas londinenses que había ido publicando en una revista para acompañar las ilustraciones de un conocido dibujante. Tras el éxito del libro, comienza en 1836 con las entregas mensuales de lo que acabaría publicándose en forma de novela el mismo año con el título de Papeles póstumos del club Pickwick, con unas ilustraciones a cargo de los dibujantes Seymour y Phiz (que se reproducen en la edición de Mondadori). Esta obra significó el lanzamiento a la fama del autor británico. El éxito de la novela contribuyó también al desarrollo editorial en su país, ya que introdujo la publicación de novelas en cuadernillos mensuales.
La obra narra las andanzas de Mr. Pickwick y sus inseparables compañeros Mr. Snodgrass, Mr. Winkle y Mr. Tupman, cuatro caballeros distinguidos de edad ya respetable que deciden realizar un viaje con carácter de investigación etnográfica a lo largo de Inglaterra. A través de sus peripecias quedan dibujados los tipos y ambientes de un particular momento histórico en el país, a caballo entre la recién nacida sociedad industrial y la época victoriana.
Dickens, que ya había fogueado su capacidad descriptiva con minuciosos artículos como cronista periodístico del Parlamento, desarrolla en esta obra su maestría en la recreación de situaciones, algunas tomadas de su propia experiencia vital -el paso del protagonista por la cárcel de morosos ha de ser un reflejo del encarcelamiento real de su padre por deudas siendo él muy niño-, otras inventadas a partir de sus cotidianas observaciones, todas originales en su planteamiento, su desarrollo y su manera de ser contadas.
Especialmente interesante es la creación de personajes. Pickwick es el arquetipo de un nuevo Quijote burgués, hombre de principios, y con una optimista -e ingenua- visión de la vida que no desfallecerá a pesar de los innumerables desengaños. La ciega confianza del protagonista en la bondad humana, seguramente heredera de la novela moral del siglo XVIII, es ya un modelo literario, y la ironía y simpática mordacidad del autor que aletean desde el primer párrafo de la novela han creado un inconfundible estilo.