La autora escocesa Elizabeth Mackintosh (1896-1952), conocida por su nombre literario, Josephine Tey, pertenece a la llamada edad de oro de las novelas británicas de intriga, que se están volviendo a reeditar con mucho éxito de lectores. En 1946 escribió La señorita Pym dispone y en 1948, El caso de Betty Kane.
El argumento de Patrick ha vuelto resulta ingenioso. Faltan pocos días para que Simon Ashby alcance la mayoría de edad y, por tanto, pasen a sus manos la casa, los terrenos y las caballerizas de la familia. Los padres fallecieron hace años y la tía Bee ha cuidado como tutora a los cuatro hijos que dejaron. En ese momento, cuando ya se prepara la fiesta de cumpleaños, una noticia conmociona a todos.
Al parecer, Patrick, el gemelo de Simon que le precedió en el nacimiento, ha regresado. Si es así, sería el heredero. Pero todos creían que se había suicidado años antes lanzándose al vacío por un precipicio, tras dejar una nota en que explicaba su decisión. Por eso, todo inclina a pensar que se trata de un engaño. Pero el parecido del recién llegado con Patrick es tal, que convence a toda la familia. Además, conoce bien la casa y recuerda detalles de su infancia y de las personas que le rodearon que solo él vivió.
Escrita con la corrección y pulcritud característica de la novela británica de la época, a Tey no le falta imaginación para idear tramas sugestivas, ni técnica narrativa para redactar una novela que capta pronto la atención y el suspense y lo mantiene hasta el final.