En este ensayo, Carabante repasa la obra de pensadores contemporáneos muy relevantes; en concreto, profundiza sobre las aportaciones de seis de ellos: Eric Voegelin, René Girard, Roger Scruton, Jürgen Habermas, Rémi Brague y Byung-Chul Han. El ensayo, que no se limita a resumir sus contribuciones, es un ejercicio de erudición y cultura sin fuegos artificiales, de hondura nada afectada, y está escrito con mimo.
La exquisita factura de la obra empieza a fraguar en la declaración de intenciones que se nos regala al inicio, auténtica delicia que abre el apetito del lector para lo que viene después. En ella, Carabante reivindica la metafísica y, en general, la filosofía, como herramienta para superar la crisis en la que el ser humano se encuentra.
¿Qué encontramos en las siguientes páginas? Un destilado y decantado fruto de horas de lectura y reflexión en la mejor compañía, producto de esa “larga vecindad” que Carabante mantiene con los autores a los que dedica estas páginas y acerca de muchos de los cuales ha escrito en Aceprensa. De Eric Voegelin destaca que, sin haber pasado a la historia como “un gran nombre” de la filosofía, tiene un pensamiento propio y brillante que eclipsa el de muchos con más fama. De René Girard subraya su pasión por la literatura y la capacidad para entresacar de ella lecciones antropológicas. Según Carabante, Scruton es el filósofo por antonomasia de la belleza, especialmente de la belleza de la tradición, de la mejor estirpe conservadora, el tótem intelectual del mundo “demoliberal-conservador” que lucha a brazo partido contra las tesis nihilistas que nos corrompen.
El libro avanza con pulso firme y nos ofrece acto seguido el pensamiento depurado de Jürgen Habermas, uno de los últimos filósofos de la Escuela de Frankfurt y pensador preocupado por las cuitas deliberativas como herramienta propia de la democracia dialógica. De la mano de Rémi Brague, el autor expone la importancia del auxilio humano recíproco y cómo la existencia reside en lo que nos hace humanos. Finaliza el volumen con el estudio del pensamiento del famosísimo Han, quien a mi juicio se encuentra sobrevalorado. Carabante, mucho más ecuánime y ponderado, entiende que estamos ante el filósofo que nos alerta del hondo cansancio de este enjambre digital en el que nos auto-explotamos.
Convendría pararse a reflexionar a lo largo del trayecto de este ensayo que tiene el mérito de introducir al lector tanto en algunos de los temas y los pensadores más relevantes de los últimos tiempos.
Un comentario
Felicitaciones, José María. Lo pongo en mi lista.