Si la fe religiosa y las creencias tienen un impacto considerable en la vida de las personas, es lógico que se conviertan también en un factor relevante en la historia y evolución de la humanidad. Pero, de una manera u otra, la historiografía ha omitido, salvo algunas excepciones, la contribución de la religión y de las convicciones religiosas. Con el fin de llenar esta laguna, un equipo de historiadores y profesores, coordinados por Pablo Pérez López, se ha propuesto explicar la influencia que la fe ha tenido en la vida y obra de algunos personajes ilustres. Son solo un ejemplo, pero suficientemente esclarecedor.
La primera aportación estudia el caso de Isabel la Católica, cuyo legado es indisociable de su profunda religiosidad. A ella le sigue Legazpi, primer gobernador de las Filipinas y que promovió y se implicó personalmente en la evangelización de la colonia, lo que ha sido determinante en su evolución. La lista de gobernantes termina con un capítulo dedicado a De Gaulle, del que se subraya la rectitud y su fidelidad a unos sólidos principios, fundamentados en su fe cristiana, que guiaron tanto su actividad pública como privada.
Junto con la perspectiva de la política, el libro analiza el ámbito cultural y científico. Dentro del primero de ellos, se repasa la trayectoria y la obra de Gaudí –atendiendo a la inspiración religiosa de su arquitectura- y de John Ford, considerado como uno de los mejores directores de la historia del cine, que no eludió la trascendencia, ni la bondad moral en sus películas. La ciencia cierra este libro con un breve estudio sobre George Lemaître, sacerdote católico y padre del Big Bang, cuya trayectoria muestra la compatibilidad entre la fe religiosa y la indagación científica.
El libro permite descubrir la significación histórica de la fe a través de seis personajes guiados e impulsados por sus creencias y cuyas aportaciones fueron determinantes para la política, la cultura o la ciencia.
