Siempre estoy en el medio: en el medio, no delante, no detrás, ni fea ni preciosa. Atrapada entre Argel y París, entre el empeño de mi madre en hacerme volver y mi cómoda vida parisina”. La narradora-protagonista abandonó Argel para instalarse en París, donde trabaja en una editorial. Ya en la treintena, soltera e independiente, debe volver a su país para asistir a la boda de su hermana menor.
En las semanas que pasan hasta su regreso realiza un ajuste de cuentas con su vida actual, tras cinco años en París. Reconoce que le gusta vivir en esa ciudad, que contrasta bastante con la pobreza que ha vivido durante su infancia y con las costumbres sociales que siguen dominando la vida en Argelia. En París, las mujeres tienen mucha más libertad y …
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