Dicen que el don de la oportunidad es un don tan necesario como escaso. Quizás no venga demasiado a cuento hablar de este don a la hora de reseñar un libro, pero la verdad es que mientras leía, con mucha más fruición de la que esperaba, el último título del académico, profesor y experto en guion Antonio Sánchez-Escalonilla, se me venía a la cabeza continuamente este “don de la oportunidad”.
Lo explico: Planeta Hollywood es un documentado, rico y extenso recorrido a través del cine espacial. Un tema que, a primera vista, es territorio de frikis o, dicho de otra forma, campo minado para quienes –es mi caso– suspiramos por el buen indie americano o por los dramas existenciales que adaptan a algún escritor ruso. De ahí mi escasa atención al principio.
Pero, también es cierto –y ahí está la oportunidad– que Sánchez-Escalonilla ha visto y ha aprovechado: el cine espacial vive actualmente una nueva época dorada en la que ha desplegado algunas claves de pensamiento que ya estaban al inicio de las películas de astronautas, que han ido recorriendo las diferentes décadas y que se han consolidado en títulos tan recientes y tan completos como Gravity, Interstellar, Figuras ocultas, Tomorrowland, Marte o First Man. Títulos todos ellos que, sin dejar el espacio, han deleitado al espectador de dramas, biopics, cine histórico o fantasía cuasiexperimental.
A cualquiera que se enfrente con cierta aprensión a Planeta Hollywood, pensando que lo que ocurra en Marte no va a con él, le animo a leer el jugosísimo prólogo en el que Sánchez-Escalonilla explica la relación entre el cine espacial y el desarrollo del sueño americano. El autor conjuga la tradicional relación entre cine y sociedad, y hace que este binomio mire a las estrellas. El tradicional héroe americano –figura clave del séptimo arte y sobre el que ha escrito mucho Sánchez-Escalonilla– no se entiende si lo despojamos de su aspecto de pionero, sin el afán de explorar y conquistar nuevos territorios. Y en ese sentido, el sueño americano se apoya en ese primer y común sueño de todo hombre: volar. Y, desde ese vuelo, superar los límites, mirar al cielo y poder habitar un espacio superior.
Planeta Hollywood es un libro profusamente documentado que, con una prosa muy ágil, alterna notables análisis de los principales títulos de cine espacial, con datos sobre política estadounidense de defensa, desarrollo de la NASA o la apasionante lucha por la carrera espacial entre EE.UU. y la URSS en plena guerra fría. Esta narración se enriquece con algunas atinadas reflexiones sociológicas de gran actualidad como, por ejemplo, la evolución del rol de las mujeres en este género cinematográfico.
Enlazando con esta perspectiva sociológica, es especialmente interesante el último capítulo dedicado a la que Sánchez-Escalonilla denomina segunda edad dorada del cine espacial (la primera se remonta a los orígenes en 1945, mientras que esta aborda del año 2001 al 2018). Inmersos en el siglo XXI, con una sociedad multicultural compleja y llena de retos, y después de un cierto estancamiento en los límites del cine de aventuras, el cine espacial vuelve a saltar a la pantalla grande con fuerza y madurez. La aventura se mezcla con la metafísica, la Historia con la intrahistoria, la gesta con el drama personal y familiar. Con el análisis de los últimos títulos estrenados, Sánchez-Escalonilla confirma que el cine espacial puede encerrar una gran riqueza de tonos, temas y estilos y que quizás puede ser un vehículo de lujo para hablar de las cuestiones trascendentales que inquietan al ciudadano del siglo XXI.
Por cierto, y hablando de oportunidad, en los próximos dos meses se estrenan Lucy in the Sky (protagonizada por Natalie Portman), Ad Astra (dirigida por James Gray y protagonizada por Brad Pitt) y el documental Apolo 11. Probablemente algo más que una simple casualidad.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta