William Sutton (1901-1980) fue un célebre y popular ladrón de bancos norteamericano que caía bien porque nunca mató ni lastimó seriamente a nadie en sus numerosos atracos. También fueron muy comentadas sus tres fugas de otras tantas cárceles de máxima seguridad.
Cumplida la última de sus condenas, de casi veinte años, es puesto en libertad el día de Navidad de 1969. Lo esperan un reportero y un fotógrafo para hacer un reportaje sobre él, que se publicaría al día siguiente.
J.R. Moehringer (Nueva York, 1964), autor de El bazar de las grandes esperanzas, Open y El campeón ha vuelto, cuenta al principio de la novela que el reportaje resultó breve y no muy interesante. Así que decide, aunque solo con conjeturas, hacer la novela de la vida de Sutton.
En el reportaje, Sutton recorre los lugares principales que se relacionan con su vida y habla de lo que sucedió allí, lo que da lugar a una interesante galería de personajes del hampa. Tenemos así un cuadro de la vida de un extraño delincuente, sobre todo en los años 20 y 30, con “recaídas” en los 50. En la cárcel, Sutton se dedica principalmente a leer. La Biblia en primer lugar. Después, clásicos como Platón, Dante o Shakespeare.
En aquella época, fue considerado por alguna prensa como el Robin Hood de Brooklyn, pues la leyenda dice que Robin robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Sutton robaba a los bancos y se quedaba el dinero. El relato destaca sobre todo por su amenidad, resultado de un estilo directo, atento a los detalles, pero sin farragosidad o descripciones inútiles. Moehringer, como Sutton, va al grano. Se trata de una de esas novelas que fluyen naturalmente.