Númenor. Cuaderno 3. Altair. Sevilla (1994). 267 págs. 2.020 ptas.
Antología de poemas escritos entre 1955 y 1985 por Jesús Arellano, filósofo, catedrático emérito de la Universidad de Sevilla. Los poemas se agrupan en nueve libros, precedido cada uno de una breve introducción del propio poeta.
El primer libro, Amor como desgarro, está escrito en un tono estremecedor, de agonía, de esfuerzo, de incertidumbre entre el alcance y el desengaño en la búsqueda amorosa. Son poemas densos en los que prevalece la hondura del pensador, que va descubriendo a Dios a través de la verdad y de la belleza.
En el segundo libro, Rábido grito, el poeta critica y rechaza el nihilismo de la cultura contemporánea. Detrás de la queja, prevalece el deseo de devolver al mundo el sentido, la alegría, la belleza. Casi todo el libro es un grito de alerta -«de compromiso y protesta a la manera cristiana», se puede leer en el epílogo-, que tiene su complemento en el tercer libro, ¿Oh soberana libertad!: un canto a la solidaridad y a la capacidad del hombre para realizar el bien libremente.
En el siguiente libro, Muerte y primavera, inicia un rumbo distinto. La poesía filosófica de los anteriores deja paso a unos poemas más líricos en los que el autor ofrece una visión trascendente de la primavera y la relaciona con la eternidad.
El título del quinto libro, Media vita, es de por sí expresivo: llegado a la etapa de madurez, el poeta ahonda en los grandes temas que nadie puede soslayar: amor, muerte, la fugacidad del presente y su sentido…
En el libro siguiente, Desde el alma antigua, el autor revive líricamente su infancia.
Otro cambio de tono se aprecia en Poemas para decir, libro de contenido variado en el que se alternan los versos populares con los filosóficos y sentenciosos. Sigue Poemas de los días y, por último, Poemas de la noche, libro filosófico y meditativo donde la noche, además de símbolo de oscuridad, es también vacío de sí para llenarse del Amado.
Esta Antología del profesor Jesús Arellano, excelentemente editada, ofrece un panorama de riqueza y hondura poco frecuente en la poesía actual. Su lectura requiere sosiego, esfuerzo, pero el resultado final será ganancia y un buen puñado de poemas para releer a menudo, como a los clásicos.
Luis Ramoneda