Omero Romeo es un profesor italiano que lleva cinco años en el paro, después de haberse quedado ciego. Acepta una vacante de suplente en un instituto para impartir Ciencias. Le han dado un grupo difícil: diez alumnos a los que la dirección del colegio ha preferido mantener aislados para no contaminar al resto. El reto de Omero será preparar a estos alumnos de Bachillerato para la prueba de madurez y, a la vez, transmitirles interés por la sabiduría y la verdad.
Para ello, introduce una serie de rituales que acaban teniendo efectos beneficiosos en el grupo. Poco a poco, sus alumnos se irán abriendo a Omero para contarle sus vidas, sus problemas, sus dificultades. A la vez, el profesor y sus estudiantes se rebelan ante unos métodos de enseñanza obsoletos, lo que les provoca no pocos problemas con las autoridades del centro.
Alessandro D’Avenia vuelve a convertir el mundo de la adolescencia y las relaciones escolares en la materia narrativa de esta novela, como ya hizo en Blanca como la nieve, roja como la sangre y en Cosas que nadie sabe. Doctor en Filología Clásica, profesor y escritor de éxito, sus novelas se alejan de la superficialidad emotiva y sentimental que domina buena parte de la literatura juvenil. Hay en ellas un plus de profundidad, una confianza en las posibilidades de los jóvenes lectores y el deseo de que sus historias provoquen la reflexión filosófica y humanista.
Los métodos de Omero no son convencionales; hace que sus alumnos se planteen cuestiones que van más allá de la transmisión de unos conocimientos útiles. En este sentido, la novela arriesga mucho, pues lo que propone el profesor supone una auténtica revolución didáctica. El método socrático favorece la participación de los estudiantes, que dejan entrever su mundo interior –a veces, quebrado–, así como las consecuencias de la desorientación que acusa la sociedad.
La novela es, por momentos, reiterativa y muchas de las reflexiones del profesor y sus alumnos, excesivamente prefabricadas. El autor retrata el mundo adolescente con una mirada algo idílica, aunque es de agradecer su confianza en el afán redentor de unos alumnos castigados por la vida. Con todo, ¡Presente! es una novela muy bien escrita, con un estilo cuidado y que plantea sugerentes cuestiones que tienen que ver con la enseñanza, la relación alumno/profesor y la búsqueda de la verdad.