Uno lee a Eduard von Keyserling (1855-1918) y piensa, de inmediato, en la despedida final de la Belle Époque. Sus novelas -pienso ahora en Olas, por ejemplo- reflejan el mundo decadente de la aristocracia báltica de habla alemana, los últimos días de un particular modelo de buen gusto y elegancia,ceñido a las convenciones sociales de una clase social en retroceso.
En efecto, todo es elegante en Von Keyserling, empezando por su estilo literario, decadente, hermoso, extraordinariamente sutil, más sugerido que hablado, de colores matizados, como una sombra que subraya todo el paisaje de su literatura. A Keyserling se le ha leído poco en castellano y eso sorprende, sobre todo, si pensamos en el éxito de otros autores de épocas cercanas: de Zw…
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